viernes, 13 de mayo de 2011

Piensa Mal y Siempre Acertarás!

De chico escuchaba los dichos populares como puro folclor, como balas disparadas al aire en rodeo montubio. Pero como toda bala perdida, sonaban más fuertes y certeros mientras más se acercaban a mí. Al crecer les di el crédito que merecían.

Hay tantos que podrías meterlos en las piñatas de fiesta de pueblo y sobrarían para rellenar los pavos de navidad. 
“Piensa mal y siempre acertarás”, o “Confía, pero verifica”, que es la misma mona en versión light, pasaron a formar parte de mí. Funcionaban muy bien en todo ámbito, demostrando su veracidad una y otra vez, por lo que sin darme cuenta los di por ciertos, los hice míos. Los asimilé.

“Una mentira que es en parte verdad es la más oscura de las mentiras”
Temo más a quien miente mirando a los ojos, que a un león escapado del zoo. Cuando veas que el león se acerca trátalo como a los toros de pamplona: huye, corre por tu vida; cuando lo notes cerca aún podrías estar a tiempo de salvarte. Con la primera fiera en cambio, el momento en que notes su juego ya será demasiado tarde para ti.

“De día beata; de noche gata”
Me he farreado la vida. Y en esos ires y venires, de las referidas, he conocido un montón. Le basta un vistazo al joyero para tasar una pieza. Y aunque hay falsificaciones muy buenas, el cristiano promedio cree reconocer un torpedo en cuanto le huele mal. Resultado: marginación inmediata. No me inspiras confianza? Agarra la maleta y sigue tu viaje. Ya que el hombre juzga y sentencia basado en supuestos, he visto a muchos ser marginados en lo laboral, en lo fraternal, en lo sentimental. Cuando llegué a la iglesia creí que eso era cosa del mundo, que adentro las cosas serían hermosas. Creí mal. 

“No soy de los que perdona”
Los basureros humanos están llenos de gente en buen estado que alguien tiró por considerar defectuosa. Lo habrás notado ya a esta altura. Yo también juzgué, sentencié, como un estilo de vida. Al tratar con alguien, veo el comienzo de la película y de inmediato sé la trama y el final. Es fácil, dos mas dos son cuatro. A cuántos habré batraceado sin notarlo, habré herido por acción o marginación, por abandono declarado al primer indicio de error; y si te vi no me acuerdo. Lanzar al tacho buenas relaciones por tonterías es una estupidez. Nos negamos a conocer a otros por considerarlos inmerecedores de nuestro valioso tiempo. Gracias a Dios, Su Hijo no pensó eso de mí.

“Con la misma vara que midas, serás medido”
Sería una rata de botadero turco si Cristo no me hubiese amado. Fui rescatado de la boca del lobo en el momento justo, en el instante en que la cuenta regresiva llegaba a 00:00:01. Y sin embargo sigo midiendo a mis hermanos, a mis amigos, a quien más amo, con el mismo flexómetro que usaba en el mundo, olvidando que ya no formo parte de él. Sin yo merecerlo, el Señor del Universo me amó y perdonó; quién soy yo para obrar diferente?

“Quien quiera llamarse cristiano, debe andar como Cristo anduvo”
Compararé mi accionar con un estándar mucho más alto. Papá me juzgará un día, y mientras ése día llegue me abrazará con dulzura, me protegerá con pasión, y me dirá que me ama sin importar qué. No pediré más que El bendiga mi camino: buscaré el camino que El bendijo para mí desde antes que yo naciera. Y amaré. Amaré como El me ama a mí, con un amor puro, benigno, sin restricciones. Un amor sin condiciones.  

“Amarás a tus hermanos como a ti mismo”
Te amo. Te acepto como eres. Y te bendigo.
: )

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